martes, 29 de agosto de 2017

Tan solo un segundo - Virginia S. Mckenzie

Titulo: Tan solo un segundo
Titulo original: Tan solo un segundo
Autor: Virginia S. Mckenzie
Publicación: Abril de 2017
Género: New Adult
Categoría: Romance, Ficción General
Editorial: Titania
Paginas: 352
Serie: 1/1
Calificación: 4.5/5

Hannah tenía un futuro prometedor en aquello que más amaba: la danza sobre hielo. Una meta por la que había luchado junto a Nicholas, su mejor amigo y compañero, durante los últimos diez años. Hasta que el error de otro le demostró lo efímeros que pueden ser los sueños. Mikhail hace mucho que olvidó lo que era disfrutar al salir a la pista. Sin embargo, el destino parece dispuesto a darle la oportunidad de volver a competir y, sobre todo, de cumplir una promesa grabada con tinta en su cuerpo. Claro que para ello tendrá que convencer a Hannah de que juntos pueden lograr grandes cosas. Para ambos, luchar por un nuevo comienzo significará tener que hacer frente a sus heridas emocionales, porque solo si son capaces de curarlas encontrarán la manera de vivir y amar sin fronteras.


Virginia S. Mckenzie nació el 18 de enero de 1982 en Cádiz, ciudad en la que reside junto a su marido y su gato. Es una enamorada de Japón y una “seriéfila” y cinéfila empedernida, adora viajar, los animales (sobre todo los lobos y los felinos) y no podría vivir sin música y sin libros.

Ya desde niña sintió la necesidad de crear sus propias historias. Sin embargo, pese al puñado de cuentos, relatos y guiones para cómics que escribió a lo largo de su infancia y adolescencia, nunca logró finalizar nada más largo. No fue hasta 2011, y gracias a la guía del escritor José de La Rosa en su Taller “Escritura de Novela Romántica”, que tuvo una base sólida con la que empezar a trabajar. Dos años después, puso el punto y final a su primera novela (una historia que llevaba casi una década con ella).

Desde entonces no ha parado de crear, de aprender, de intentar mejorar y de soñar con que algún día sus novelas dejen de ser solo suyas y cobren vida en manos de los lectores.


Terminé de leer y quedé simplemente como «Wow», ésta chica es un genio. En serio. Desde hacía tiempo que quería leer algo con tema en patinaje artístico, pues era algo que llamaba mi atención. Entré a internet a investigar algo que captase mi atención y fue ahí cuando me topé con “Tan solo un segundo” de Virginia S. Mckenzie. Después de semanas de darle largas acerca de sí leerlo o no, decidí que tomaría el riesgo. Y ahora heme aquí, esperando ansiosa a que Virginia Mckenzie publique otra historia para devorarla. “Tan solo un segundo” fue simplemente perfecto, uno de esos libros que no puedes soltar ni parar de leer, pero que al mismo tiempo no quieres leer porque temes que se acabará y te quedarás con ganas de más. Como os decía, perfecto.

Virginia decide contaros la historia de Hannah y Mikhail (o Misha) en éste fabuloso libro. Y tengo que deciros que lo de Misha no me lo vi venir (si lo leen o ya lo leyeron entenderán a qué me refiero), fue tan diferente a lo que yo me esperaba o guardaba idea que quedé pasmada, en shock. Sin duda “Tan solo un segundo” jamás será acusada de ser el tonto y típico cliché, aunque lo sea. Virginia logró hacer algo completamente fantabuloso con las palabras que es imposible aburrirse con éste libro.
Vale, empecemos. La historia está narrada en primera persona a dos voces, la de nuestra queridísima Hannah, y la de nuestro Dios personal bendecido con unas fantásticas abdominales: Misha (no bromeo chicas, me lo imaginaba y me daban ganas de sacarlo del libro y comérmelo a besos).

Todo empieza cuando Hannah y Nick, su compañero de danza en hielo, sufren un accidente automovilístico. A partir de eso la historia da un salto en el tiempo de cinco meses, para contarnos las respectivas repercusiones de todo. Al parecer, Hannah, quedó traumada, y desde la noche de la tragedia no ha puesto un pie sobre el hielo nuevamente (pese a que patinar es lo que más ama en el mundo), pues, según ella, estaría traicionando a Nick, su mejor amigo y compañero, al dejarlo atrás y conseguir otra pareja en la pista.

Y entonces es ahí cuando llega Mikhail, con su sonrisa traviesa y su perseverancia por los límites, está decidido a hacer de Hannah su nueva compañera, la cual, como podéis imaginarse, se rehúsa totalmente, negándose a lo que según ella sería abandonar a su mejor amigo. Pero Mikhail no se dará por vencido tan fácil. Los incontables acosos por la universidad y a su casa se ven venir, así como las camisetas con la cara de Hannah rogando que acepte. Pero ¿por qué tomarse tantas molestias? Es decir, habiendo otras tantas chicas dispuestas a ser compañeras del guapísimo Mikhail, ¿por qué él insiste en Hannah?

En toda la historia nos podemos percatar de que Mckenzie hizo un buen trabajo de investigación, pues no presenta a fondo el tema, casi como si ella misma fuera la protagonista (aunque de cierto modo lo es). En ninguna parte me quedé atrás, y casi me podía imaginar patinando en el hielo al lado de Misha (porque no les miento, me encantaría patinar con él *inserta cara pervertida*). Sin embargo, y a pesar de lo fantabuloso de todo, tengo un pequeño punto a compartir con ustedes: las competiciones. Esos momentos en los que les tocaba hacer alguna rutina para un público y jurado, se me hacían largas y tediosas, con demasiadas descripciones. Tal vez la autora lo hacía con la intención de poder ayudarnos a imaginárnoslo más a fondo, a adentrarnos en la escena, pero me irritaba cada vez que me topaba esas partes, se me hacían infinitas. Desde mi punto de vista, ese fue el único detallito que encontré, el resto era espectacular. Se podía notar por la forma de narrar de Virginia que sabía de qué estaba hablando, y lo qué nos quería mostrar.

Tengo que deciros que los personajes estaban bien descritos y personalizados. Hannah, Misha, Nick, Abby... Para mi fue imposible no enamorarme de Misha, ¡es tan perfecto…! Todo de él me llamaba la atención y me incitaba a seguir leyendo: su oscuro pasado (un tanto cliché, lo sé, pero es tan original lo que oculta que no me lo esperaba, y eso le quitó todo el cliché debido), su personalidad, sus pasiones y deseos, y por favor, ¡ese cuerpo!,  «la “V” orgasmica» como diría Abby, la mejor amiga de Hannah. Y ésta chica tampoco se hacía esperar. Abby es una personalidad única, con su loca obsesión con “Harry Potter”, sus socarrones comentarios, su amor infinito por las pillas, su pervertida cabecita y su cruda forma de ver el mundo. Reí junto con ella y todas sus ocurrencias.

El comienzo de la historia me pareció atractiva, absorbente. No podía parar de leer por querer saber lo que fue de Nick, cuál sería la próxima locura de Misha, y sí al final Hannah aceptaría a sus constantes insistencias. El desarrollo y el final también deslumbraron, en ningún momento me dio la impresión de ser de relleno, como muchos otros libros lo han hecho. Si me pidieran en éste instante que les dijera a qué otro libro me recordó, les diría que «Maravilloso Desastre» de Jamie McGuire, no porque tenga algo que ver con el patinaje en hielo alguno, sino porque la mejor amiga de la protagonista me recordó en personalidad a Abby de “Tan solo un segundo”.

Sin duda “Tan solo un segundo” es un libro con el que te entretendrás, reirás, y tal vez hasta llorarás. Es una historia única, hecha por una escritora singular. No es predecible, da tantos giros que me quedaba sorprendida por la astucia de la autora. Es absorbente y es imposible no enamorarte de sus personajes, de Misha y su “V” orgásmica.

Recomiendo totalmente éste libro, y solo nos queda esperar a que Virginia decida compartir con el mundo otra obra de su pluma mágica.




4.5/5 plumas de oro
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